Mecánicas de la segunda parte

La segunda parte de «Hotel Overlook» tiene más mecánicas de las mostradas en la primera, pero, siguiendo fiel al espíritu de diseño, intento que sea el libro, en todo momento, quien se encargue de dar las instrucciones necesarias. 

Por ello, el combate en «Hotel Overlook» no sigue un patrón de asaltos y reglas estrictas, sino que es parte de la narrativa general. En realidad, fue una decisión tomada desde el principio, sobre todo teniendo en cuenta que este librojuego no se basa en vencer enemigos por la fuerza. Más bien nos encontraremos con situaciones de huida, uso de objetos, lógica y otras argucias. Dotar a quien juega de la posibilidad de vencer por fuerza bruta a los horrores del Overlook desvirtuaría por completo la obra, despojándola de su capa de horror y fatalidad. 

Hay otras mecánicas que implican, por ejemplo, el riesgo de morir de frío. Tiene lógica si tenemos en cuenta la tormenta que hay en el exterior. Esto ha motivado que la casilla de «Tiempo» la tarjeta del hotel se haya renombrado como «Contador» para hacerla más versátil y, de paso, algo más abstracta. Siguiendo la regla de «no hay reglas específicas» en los casos donde estemos a la intemperie sin la ropa adecuada, nos encontraremos con esta coletilla en las secciones implicadas:

Revisa tu tarjeta del hotel.
Si no tienes ropas de invierno en tu Inventario, suma 1 a Contador.
Si Contador tiene un valor par, suma 1 a Dolor debido al frío de la tormenta.

Al hacer esto tuve que incluir también una manera de recuperarnos de este daño que, si no nos mata, es temporal. Así que en los puntos donde podamos resguardarnos un rato tenemos una mecánica que tira de la lógica para restaurar las puntuaciones.

Actualiza tu tarjeta del hotel.
Por cada 2 puntos de Contador, restaura 1 punto de Dolor.
Pon a cero la casilla Contador.

Creo que es bastante sencillo y evita tener que meter una sección de instrucciones específicas para eventos medioambientales o cualquier otra variación. A medida que jugamos, aplicamos las reglas correspondientes guiándonos por el propio texto del libro.

Así que ya sabéis, las madres siempre tienen razón: abrigaos porque fuera tiene pinta de hacer frío…