¿Qué es Hotel Overlook?

¿Qué es Hotel Overlook? ¿Es un poco tarde para plantear esta pregunta? Tal vez. Pero la hago porque, aunque la esencia del proyecto se ha mantenido firme durante todo el desarrollo, algunas cosas se han ido definiendo de forma algo distinta.

Hace unos meses publiqué una demo que muestra la primera parte del librojuego. Podéis descargarla desde este mismo artículo. Sin embargo, confieso que hay algo que me preocupa: que quizás no se perciba en ella toda la libertad que ofrecerá la segunda parte del juego. Ojo, no hay trampa ni cartón: cuando salga Hotel Overlook, esa primera parte será exactamente la misma que la de la demo. ¿Qué cambia, entonces? Creo que en la demo no se refleja bien el nivel de libertad que encontraréis más adelante.

Durante la primera parte —la que ya podéis jugar— hay una agenda clara: llegáis al hotel y disponéis de un tiempo limitado para hacer algunas cosas antes de la cena. Solo podéis visitar ciertas zonas públicas. Pero en la segunda parte, que corresponde a la aventura propiamente dicha, podréis explorar el hotel entero. Y cuando digo entero, me refiero a todas las habitaciones y rincones. Y la agenda la marcas tú mientras juegas, pudiendo cambiar en más de una ocasión. 

Esto puede ser un arma de doble filo, porque puede que haya quien quiera examinar cada estancia del Overlook de forma sistemática. No os lo recomiendo. Como solía decir mi padre: «que puedas hacerlo no significa que debas hacerlo». Mi propuesta es que, al menos en la primera partida, intentéis entrar solo en las habitaciones que tengan algún indicio o pista previa. No abráis puertas al azar: algunas estarán vacías, otras contendrán huevos de Pascua. Las realmente importantes se irán revelando a medida que avancéis y descubráis las historias ocultas del hotel. Aunque la libertad es completa, y al principio quizás dependeréis un poco del azar para encontrar la primera madeja del hilo, poco a poco las cosas deberían tener sentido para cada trama. 

Porque ese es, al fin y al cabo, el principal leitmotiv del librojuego: averiguar qué ocurre —o qué ocurrió— entre las paredes del Overlook. Tampoco quiero que nadie se agobie pensando que va a perderse. Aunque el hotel es grande y está lleno de pasillos y puertas, siempre tendréis a mano un esquema con vuestra ubicación. La gracia no está en escapar de un laberinto, sino en reconstruir las piezas de varias historias.

Algunas personas me han preguntado si esto podría considerarse un escape room. Mi respuesta es rotunda: no. Entre otras cosas, porque no me gustan los librojuegos de estilo escape room. Las pistas en Overlook no son puzles, sino activadores narrativos. A veces completan una historia, otras veces abren el camino hacia uno de los finales posibles.

Otra cosa que se queda fuera de Overlook son los combates. Hay enfrentamientos, huidas, muertes y violencia, sí, pero no esperéis estadísticas de monstruos a los que zurrar hasta matarlos. Así que, si queréis enfrentaros a zombis con hachas (o cuchillos jamoneros), os recomiendo la magnífica colección de librojuegos Expediente Z. Pero el tono que buscamos en Overlook es muy distinto.

En fin, solo quería ir aclarando algunas cosas ahora que el proyecto se acerca a su final y las cosas están ya totalmente asentadas. ¿Y cuándo termina? Pues ya veo la luz al final del túnel. Ha sido un túnel más largo de lo que pensaba, con mi habitual optimismo. Más que largo, diría que me he perdido un par de veces para replantear cosas que creía claras. Pero, como decía Lennon: la vida es eso que pasa mientras haces otros planes. ¿Tiempo? ¿Plazos? Pronto. Espero que podáis reservar vuestras habitaciones para pasar el verano en Overlook.